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Enciclopedia de Danza

En Egipto existe la costumbre de encender velas alrededor de una muñeca de barro cocido, y parece ser que esta costumbre tiene su origen en antiguas danzas de las que no han quedado restos.

Una de ellas sería la Danza del Candelabro, y las bailarinas no colocarían las velas sobre la cabeza para dar vueltas con ellas, sino que imitarían al candelabro mismo sujetando las velas alrededor de sus ropas como los antiguos candelabros árabes de bronce en forma de cono o de rectángulo con los lados cerrados. Los antiguos candelabros árabes se caracterizan y se distinguen de los europeos, en forma de corona, porque se alumbran en la parte inferior del armazón. Muy a menudo se sitúan las velas en la parte interior, por lo que las paredes deben estar perforadas con calados de figuras geométricas exactamente igual que las celosías. La idea de que las bailarinas vistieran unos trajes con armazones metálicos para fijar en ellos las velas alrededor del vestido, parece ser que se apoya, según lo que hemos visto anteriormente, sobre bases reales. De esta manera alumbraban y bailaban al mismo tiempo moviendo las nalgas y las velas, sin que éstas alcanzaran sus ropas alejadas del cuerpo por medio de almohadones. Además de todo este aparato, las bailarinas colocaban sobre sus cabezas un cántaro con agua, un pollo o una gallina y se movían sin que se les cayera la carga.

De estas danzas no nos ha quedado más testimonio que las figuras de muñecas de barro cocido. Por medio de las muñecas de barro cocido, que se fabricaban con motivo de alguna fiesta, se han podido reconstruir algunas danzas como la de la olla, la de las velas o del candelabro y la del gallo. Existen otras imágenes de barro que representan a acróbatas o danzantes realizando diversos ágiles giros de difícil equilibrio, mientras sostienen sobre los hombros o sobre la cabeza vasijas y productos agrícolas.

Existe otro tipo de candelabro, fabricado también de barro, que está relacionado con los recién nacidos. Al séptimo día de nacimiento, se compra un candelabro de estos, se llena de agua y se coloca en una gran bandeja, rodeada de garbanzos tostados pequeños y diversas clases de dulces. Lo suele llevar una mujer mientras otra recita diversos consejos, que consisten en obedecer a los padres y ser sincero, dirigidos al recién nacido, al que previamente han colocado en otra bandeja. Los invitados, niños y niñas, bailan y cantan en torno al pequeño, al que han dejado en el suelo. Otra mujer lleva el ritmo del baile haciendo sonar la mano de almirez y, entre tanto, una joven arroja sobre las cabezas de los invitados una mezcla de azúcar y sal para ahuyentar la envidia y el mal de ojo. También se reparten entre los asistentes otros objetos que tienen la misma finalidad, espantar el mal de ojo, y son pequeños amuletos de plástico, tela, oro o latón con forma de mano u ojo con alguna incrustación de color azul.

La Danza del Candelabro tiene una sólida relación con las conmemoraciones más felices, el nacimiento y el matrimonio, y precedía en ambos casos a la comitiva de invitados, muchas veces acompañados de adufes y cantantes profesionales. La forma de celebrar estos acontecimientos nos recuerda, inevitablemente, las comitivas que aparecen representadas en las tumbas faraónicas.


Artículo: La Danza del candelabro
por Shokry Mohamed


Munique Neith

Shokry Mohamed (1951-2006). Nació en El Cairo, Egipto, en 1951. Comenzó su carrera en 1963 como bailarín del grupo infantil de Danzas Populares de la TV egipcia. En 1970 entra a formar parte del Teatro Romeo Lahud de Beirut (Líbano), como bailarín solista dentro del grupo de Sabad de Danza Popular, participando en giras y festivales por diversos países del Mediterráneo.

Afincado en España desde 1974, realiza diversas actuaciones como bailarín y coreógrafo por la Península y las Islas, y en 1981 comienza a impartir clases de danza en diferentes escuelas de Madrid. En 1987 funda el grupo Hispano Árabe de Danza. En 1990 funda una Escuela de Danza Oriental, la primera que se establece en España, el estudio de Danza "Las Pirámides".

Desde entonces conjugó su labor docente como maestro al frente del grupo, con la de bailarín y coreógrafo, impartiendo seminarios y actuaciones en diferentes capitales europeas, y en los últimos años también en América: Chicago (USA), Santiago de Chile (Chile), Argentina y Brasil.

Es autor del primer libro publicado en idioma español sobre la danza oriental " La Danza Mágica del Vientre", editado por Mandala ediciones, en Madrid en el año 1995.

Sus publicaciones
1995 " La Danza Mágica del Vientre"
1998 " La Danza Mágica del Vientre II. La mujer y la danza oriental",
1999 "La bailarina del templo"
2000 "Danza Oriental" Primera revista en lengua española de danza oriental
2005 "El Reinado de las Bailarinas"